Aquel día Iris, no tenía nada importante en mente para poder hacer, y decidió subir al desván de la casa que había sido durante toda la vida, el hogar de su abuela. Nunca antes y desde que ella decidió dejarlos para poder estar con todos sus demás seres queridos que ya habían viajado al más allá. Su abuela, había fallecido a los 95 años y sin ningún ruido y en medio de un pequeño silencio. Siempre fue una mujer muy silenciosa…. ayudaba en todo lo que podía con su paso pequeño y lento. Tuvo siempre mucha salud, durante toda su vida y su mayor alegría era poder hacer contentos a todos y confeccionaba pequeños trabajos manuales para sus hijos y nietos. Nunca tenía sus manos quietas.
Al subir aquel desván, le pareció sentirse cerca de ella…… noto como si ella estuviera allí a su lado. Empezó a revólver dentro de las cajas sacando los recuerdos que ella seguramente había ido guardando poco a poco durante mucho tiempo.De pronto descubrió un gran baúl en un rincón del desván, era muy bonito…tallado a mano con un grabado cuidadosamente elaborado. Iris lo abrí con sumo cuidado y cuál no sería su sorpresa que dentro tenía guardado un bello traje que por su hermosura podría muy bien pertenecer a una “hada”….. Creo que era la cosa más bella que nunca en la vida nadie hubiera visto. Sus ojos se encendieron como estrellas..era una verdadera maravilla ¡!!!!!Al levantarlo para poder verlo mejor, cayó de su interior una carta dirigida a ella. La fecha era de catorce años atrás para aquel entonces Iris tendría seis años. La carta ponía:Querida nieta Iris, cuando encuentres este traje aquí guardado, yo seguramente ya no podre ver cómo te sienta. Como sabia de tus gustos y amor por las hadas, y cosas fantásticas, y como siempre estábamos hablando de ellas, he pensado hacerte este regalo para ti esperando que te guste mucho y puedas usarlo algún día.Con todo mi amor tu abuelaAl cabo de tres meses me casaba…….y aunque yo ya tenía mi traje de novia comprado, yo lleve aquel traje puesto que era la cosa más bella que nunca hubiera visto nadie.
Autora: M del Pilar G.
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